A ver, piénsalo un momento. Tu empresa no nació ayer, ¿verdad? Ha habido un camino, hitos importantes, quizás algún que otro tropiezo superado con ingenio… ¡Todo eso es oro puro! Y una línea del tiempo empresarial es como el tráiler molón de esa película que es la historia de tu marca.
Pero, ¿qué es lo representa exactamente? Pues ni más ni menos que la evolución de tu negocio en el tiempo. Desde esa idea valiente que tuviste, hasta dónde estáis ahora, pasando por los lanzamientos estrella, los cambios de rumbo y esos momentos «¡lo hicimos!». Es una forma visual y súper clara de mostrar de dónde venís y, sobre todo, cuánto habéis crecido.
Ahora bien, ¿por qué apostar por hacerla? Imagina que estás conociendo a alguien y le cuentas tu vida a saltos, sin orden ni concierto. ¿A que no se entera de mucho? Pues con tu empresa igual. Una línea del tiempo pone orden al relato, facilita que la gente (clientes, inversores, incluso tu propio equipo) entienda vuestra trayectoria y se conecte con vuestra historia. Además, ¡es una herramienta de marketing potente!
¿Y qué no puede faltar en esa cronología tan chula? Pues los momentos clave: la fundación, los primeros clientes importantes, el lanzamiento de productos estrella, expansiones, premios, cambios de imagen… ¡Todo lo que marque un antes y un después! También puedes incluir datos relevantes como cifras de crecimiento o hitos de producción, pero siempre de forma digerible y visualmente atractiva. Además, hay muchas formas de hacerla, no solo en papel o formato digintal.
Las ventajas son muchísimas. Para empezar, claridad. Todo el mundo pilla la película de tu empresa al instante. También genera confianza y credibilidad, porque muestra que tenéis un recorrido sólido. Y no nos olvidemos del sentido de pertenencia que crea en el equipo al ver todo lo que han construido juntos.
Y aquí viene lo bueno, ¡la originalidad marca la diferencia! Una línea del tiempo aburrida tiene que ser original y creativa, y convertirla en una experiencia memorable. ¿Imagina una línea del tiempo interactiva, con ilustraciones molonas o incluso con pequeños vídeos incrustados? ¡Boom! Captas la atención, dejas huella y demuestras que tu empresa tiene una personalidad única y vibrante. Así que ya sabes, ¡a contar tu historia con una timeline que deje a todos con la boca abierta! En Promopublic te ayudamos.
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