Los diseños en 3D o renders son imágenes digitales generadas por ordenador que representan objetos y edificaciones en espacios tridimensionales ficticios o reales. ¿Y esto qué es lo que es? Pues, por ejemplo, estamos hablando de crear virtualmente tu futura casa para que puedas ver con antelación cómo quedaría todo eso que tienes en tu cabeza. Y sí, los renders de hoy en día suele estar tan pegados a la realidad que pueden confundirse con fotografías reales.
No hace tanto tiempo, los interioristas realizaban sus bocetos a mano para que sus clientes se hicieran una idea de cuál sería el resultado antes de ponerse manos a la obra. Pero en la actualidad disponemos de softwares muy potentes para llevar nuestros diseños a espacios en tres dimensiones hiperrealistas.
Tu chalet en 3D: el proceso
Cuando planificamos el diseño de un espacio en tres dimensiones, partimos de un briefing con el que trabajamos los primeros bocetos y esquemas. Y seguimos pasito a pasito…
- Modelado — Aquí le damos volumen al proyecto. En esta fase, por lo general, establecemos los límites de lo que se puede y no se puede hacer.
- Texturizado — Desarrollamos los materiales de los que se componen los volúmenes que hemos diseñado (madera, hormigón, plástico, metal, mármol…). El realismo lo conseguimos realizando un meticuloso trabajo de superposición de capas. Esta fase marcará la diferencia del resultado final.
- Iluminación — Diseñamos y reproducimos la iluminación que vaya acorde con tu proyecto gracias a la potente tecnología de trazado de rayos, creando una atmósfera envolvente y realista.
- Renderizado — Esta es la fase en la que creamos la escena tridimensionalmente.
- Cámaras — Ubicamos la cámara en un punto del plano para enfocar como queramos la maqueta que hemos creado. Punto es importante, ya que la posición de la cámara determinará el encuadre final de nuestra composición.
- Postproducción — Para acabar, mejoramos aspectos como el contraste, el color o la exposición. Etalonamos las fotografías o vídeos realizados y perfeccionamos efectos como brillos y destellos, además de añadir –si el caso lo requiere— detalles ambientales como por ejemplo personas, lluvia o cualquier otro elementos que aporte realismo a la escena.